Fergana es una ciudad joven en comparación con otras urbes milenarias de Uzbekistán. Fundada en 1876 tras la anexión del Kanato de Kokand al Imperio Ruso, nació como un asentamiento militar con el nombre de "Nuevo Marguilán". En 1907 fue renombrada como Skobelev y desde 1924 lleva su nombre actual.
Aunque no cuenta con monumentos antiguos, la zona estuvo siempre vinculada a la Ruta de la Seda y fue clave en el desarrollo regional por su ubicación estratégica al sur del fértil valle de Fergana.
Fergana es una ciudad moderna y limpia, reconocida por su planificación urbana, avenidas arboladas y ambiente tranquilo. Ha experimentado un fuerte crecimiento industrial y urbanístico tras la independencia de Uzbekistán, siendo sede de industrias textiles, automotrices y químicas.
Sus parques, fuentes, instalaciones deportivas y hoteles nuevos le dan un aire fresco y acogedor. La ciudad es también famosa por sus altos árboles y jardines, lo que le ha valido el apodo de "ciudad jardín".
Aunque carece de ruinas antiguas, Fergana posee encantos propios como el Teatro de Drama (antiguo palacio del gobernador), museos locales, y una atmósfera ideal para pasear. Las Puertas de la Independencia, construidas en 1992, simbolizan el renacer nacional.
Entre los destinos cercanos más conocidos están el balneario de Chimen, famoso por sus aguas minerales, y Shahimardan, un enclave montañoso muy popular entre los locales para escapadas de fin de semana, ideal para senderismo y contacto con la naturaleza.
Fergana cuenta con aeropuerto propio con vuelos nacionales. También se puede acceder fácilmente por carretera o en tren desde Tashkent, Andiján y Marguilán. Su ubicación la convierte en un excelente punto de partida para explorar todo el valle de Fergana.