Namangan comenzó a crecer significativamente en el siglo XVII, cuando los habitantes del antiguo Axsikent se establecieron aquí tras un gran terremoto. El legado de Axsikent, con sus ruinas de murallas, fortalezas y antiguos talleres de alfarería, sigue siendo un punto de interés arqueológico importante.

Durante el siglo XIX, Namangan fue rediseñada como ciudad bajo dominio ruso, y en el siglo XX se convirtió en una de las principales urbes del país, famosa por su industria textil y alimentaria.

Namangan destaca por su naturaleza urbana. Es conocida como una de las ciudades más verdes de Uzbekistán. Los parques y huertos frutales embellecen sus barrios y dan un aire relajado a la vida cotidiana. En primavera, la ciudad se llena de flores y festivales tradicionales como el Festival de las Flores.

También puedes visitar el parque central, la mezquita Khodja Amin y las bulliciosas calles comerciales donde se mezclan tradición y modernidad.

La cocina de Namangan es rica y casera. No te pierdas el plov local con zanahorias amarillas, los manty de calabaza, y los dulces de almendra y miel. Muchos platos provienen de tradiciones agrícolas y se preparan con ingredientes frescos del valle.

El bazar central es ideal para comprar especias, frutas secas, textiles tradicionales y productos frescos.

Namangan está bien conectada con Taskent y Andiján por carretera y tren. También cuenta con un aeropuerto nacional con vuelos regulares. Gracias a su ubicación en el valle de Ferganá, es una excelente base para explorar el noreste de Uzbekistán.

Es una ciudad perfecta para quienes buscan combinar historia, naturaleza y cultura uzbeka.